La leyenda de Drácula se inspira en un personaje histórico, el príncipe Vlad IV (1430-1477), gobernante de Valaquia, que condujo una lucha encarnizada contra los turcos. Su ferocidad y su crueldad legendarias le valieron el sobrenombre de "Tepes", es decir, el empalador; ya que utilizaba esta técnica como divertimento para castigar a sus enemigos y sus vasallos insumisos. La palabra Drácula designa un título de pertenencia a la orden de caballería del Dragón, un título que le transmitió su padre. A pesar de su aspecto diabólico, Vlad Dracula inspira un gran respeto en Rumanía, ya que se le considera como fundador primigenio de una nación que aún no se llamaba Rumanía. Más tarde, Ceausescu se identificó con él frente a toda la nación, cuidando su imagen de defensor de la independencia rumana frente a la gran nación hermana soviética, haciendo de Drácula un héroe nacional (algo que, en cierto modo, fue en realidad). La leyenda cuanta que el cuerpo de Drácula está enterrado en el monasterio de Snagov, cerca de Bucarest, lugar donde los visitantes pueden comenzar su itinerario.
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