duminică, 22 aprilie 2012

Tierra de vinos




Según reza un viejo refrán rumano: “en la mesa del rumano el vino es el novio y la comida la novia”. Y su compatibilidad es un ejercicio y un arte sutil: ya que los productos gastronómicos no se entienden sin un vino adecuado. Existe una amplia y variada gama de tintos y blancos procedentes de las viñas de Murfatlar, Cotnari, Jidve, Dealu Mare, Odobesti o Valea Calugareasca. Los viñedos existen en territorio rumano desde tiempos remotos. Prueba de su existencia son los tinos, las estrujadoras de uvas, los pocillos de barro para conservar el vino, así como importantes rituales dedicados a la vendimia y al vino.
Hay algunas variedades autóctonas de gran valor, como el Cotnari, originario de Moldavia. La leyenda cuenta que su famoso viñedo fue creado por Esteban el Grande, uno de los más importantes príncipes rumanos. De aquellos tiempos data una de las más famosas variedades de vinos rumanos: Grasa de Cotnari, que es más noble y mejor que otros vinos rumanos. Tiene un color diferente, es verdoso, y con el paso del tiempo se vuelve verdusco.
La tuica es una especie de tequila hecha a base de ciruelas que se bebe en muchas ocasiones como aperitivo. Y la cerveza rumana también resulta excelente.

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